Recomendaciones para el verano (también para las altas capacidades)
Llega el verano, y con él, la sensación de libertad que tanto esperan nuestros hijos e hijas. Pero también llegan las dudas: ¿debe repasar para mantener el hábito? ¿Le apunto a algo? ¿Dejo que descanse sin más? ¿Y si “pierde el ritmo”? En este artículo encontrarás recomendaciones de verano pensadas para aprovechar este tiempo sin cargar de más a los niños con alta capacidad.
En el caso de los niños y niñas con alta capacidad, la respuesta rara vez está en hacer más de lo mismo. El curso escolar ya ha podido suponer un esfuerzo de adaptación, un reto emocional o una fuente de frustración, si no se han sentido comprendidos o no han recibido las adaptaciones necesarias. El verano es una oportunidad para volver a conectar, para crecer desde lo que son —no desde lo que se espera de ellos.
Por ello, tenemos que olvidarnos de los métodos tradicionales y repetitivos y ofrecerles alternativas en base a sus intereses, fortalezas y debilidades. Estas recomendaciones de verano se basan en estimular su curiosidad y creatividad, sin convertir el descanso en una prolongación forzada del aula.
Fortalezas que pueden (y deben) florecer
Muchos niños con AACC muestran un pensamiento lógico afilado, una creatividad desbordante, una curiosidad sin límites o una sensibilidad poco común. Estas fortalezas merecen encontrar un cauce en verano. Algunas ideas:
- Campamentos científicos o tecnológicos (o de cualquier otra temática con el mismo objetivo), que despierten su pensamiento crítico y su deseo de explorar.
- Clubes de lectura, de teatro, debate, retos literarios o creación de sus propios relatos, si la lectura es su refugio.
- Escape rooms caseros, juegos de lógica, enigmas o investigaciones tipo “detective”, si el desafío es lo que más le emociona.
- Talleres de arte, teatro, música o escritura creativa, para dar alas a la imaginación y la expresión emocional.
- Intercambios lingüísticos o aprendizaje de idiomas con un enfoque práctico y significativo.
Lo importante es que estas propuestas estén a su nivel real, no al esperado por su edad cronológica. Cuando un niño encuentra algo que le apasiona y además le desafía… no hay verano que se le resista.
Dificultades que pueden trabajarse… sin que parezca tarea
También hay debilidades que se repiten en muchos perfiles de alta capacidad: baja tolerancia a la frustración, escritura descuidada, técnicas de estudio y aprendizaje poco eficaces o falta de constancia.
No se trata de convertir el verano en una prolongación del aula, sino de ofrecer experiencias que ayuden a crecer sin agobiar:
- Técnicas de aprendizaje: conocer su cerebro, su funcionamiento, su estilo de aprendizaje y aprender a sacarle el mejor partido es una buena opción para el verano.
- Mejora de la grafía para aquellos niños y niñas que tengan una letra poco legible, una libreta desordenada y/o una presentación poco limpia. Nunca usar caligrafía. Debemos conocer el origen de la dificultad y trabajarlo desde el problema, ofreciendo medidas que le ayuden a avanzar.
- Refuerzo matemático desde el juego: apps manipulativas, juegos de mesa con lógica matemática, campamentos de ciencia o programación.
- Educación emocional: aquí se pueden hacer muchas cosas, desde cuentos que ayuden a identificar emociones, tiempo en familia para hablar sin juicios, actividades de relajación o mindfulness compartido, entre otras muchas.
Y lo que sí conviene evitar…
- Las actividades mecánicas, repetitivas, o diseñadas para su edad cronológica, pero no para su nivel real.
- Repetir lo del curso, sobre todo si no funcionó: cuadernillos de verano o similares.
- Imponer sin escuchar. El verano también es una oportunidad para darles voz y que participen en la elección de lo que quieren hacer.
El verano, una nueva oportunidad
Lo importante no es llenar el verano de planes, sino de sentido. Con estas recomendaciones de verano, a veces basta con un cuaderno en blanco, unas buenas preguntas (¿qué pasaría si…?, ¿por qué no…? ¿te atreverías a…? ¿eres capaz de…?) y el tiempo necesario para perderse… y encontrarse.
Y tú, ¿qué tienes planeado para tus hijos? Cuéntanos en comentarios. Seguro que a otra persona le puede ser de utilidad.
Si necesitas ideas concretas, inspiración o guía para acompañarles en este camino, el libro “Altas capacidades, ¿y ahora qué hacemos?” puede ser un buen lugar por donde empezar.